Se mantiene el amor por aprender, inspirando la imaginación mientras que el cerebro va de lo concreto a lo abstracto, relacionando los temas para que el niño pueda comprender la realidad de manera integral. Los niños acrecientan sus habilidades intelectuales y su cultura ciudadana para convertirse en modelos para su comunidad y hacer mayores contribuciones constructivas al mundo.

Viajan en el tiempo a la historia más antigua, conocen el mundo como ciudadanos globales y hacen conexiones reales en todas las áreas.

Colaboran en proyectos como mentores y reciben apoyo, siendo estudiantes y profesores. Los programas están construidos para tres años, por lo que pueden profundizar mucho sobre los temas que investigan.

Aprenden a ser responsables al planear, estudiar e investigar de manera independiente, presentando sus conclusiones al resto de la comunidad educativa.

Conectan con sus pasiones y con sus compañeros. Se enfocan en organización y manejo del tiempo, se fortalecen en la fijación de metas y se vuelven más independientes en su auto dirección.

Hacen un viaje anual financiado en parte por sus actividades extra curriculares.